"¿Qué hay de común, en
efecto, y qué hay de diferente entre el olvido, el mal entendimiento y la
indiscreción? (…) Definamos la indiscreción, que consiste en revelar a alguien
lo que no hubiera debido decírsele, como un exceso de comunicación con el
prójimo. Resulta que el
mal entendimiento, que consiste en comprender, en lo
que uno ha dicho, otra cosa de lo que quiso decir, puede definirse como un
defecto de la comunicación, igualmente con el prójimo. Se ve entonces qué
puesto le toca al olvido en semejante sistema: consiste en un defecto de la
comunicación, no ya con el prójimo sino con uno mismo; pues olvidar es no
decirse a sí mismo lo que hubiera debido poder decirse."
Levi-Strauss
El maravilloso mundo de la comunicación.
Cuando el entendimiento se convierte en virtud y el olvido en indiscreta necesidad.
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