Ya ves...

Anoche me puse a ordenar como loca, a colocar las cosas.
Ya ves. Pensé que vendrías.
Aún con todas las tempestades rugiéndome en el pecho quería que encontrases tu rincón intacto en mi armario.
Pensé que esta vez no dejarías al tiempo arreglar lo que te corresponde.
Pero mírame.
Mientras me revuelcan las olas, tú duermes.
Y tu descanso sigue dando alas a mis dudas.


Imagen: https://cutt.ly/Ve2zYC2


Tiempo de descuento


A veces me pregunto qué hace la gente con todo ese tiempo que gana diciendo “No”. 
“No puedo quedar. Tengo mucho lío.” “Es mejor que no vengas porque voy a tener que trabajar.” “Umm… Prefiero irme y descansar.”

En algún lugar de sus casas debe haber una cajita con todo el tiempo de descuento que guardan. ¿Entiendo que en algún momento les servirá para algo, no?

¡Qué difícil es vivir fingiendo la vida!

Imagen: https://cutt.ly/AwCTmQN 

¿Tan lejos...?



No hay nada mejor que situarse en las alturas para poner a prueba el vértigo. Subir a toda velocidad sin pararse a pensar en la caída.  
Entre tanta distancia la libertad confluye con el riesgo. Es el punto donde la levedad puede convertirse en impacto; donde el aire resquebraja, agrieta. 
Acostumbrados a andar en llano debe ser normal que cuesten las alturas. Desde aquí todo es diferente. Es difícil enfocar. Nada es lo que parece.
La serenidad de los pies en la tierra, la seguridad de la sencillez, los caminos andados desde aquí no se alcanzan. La grandeza ahora es diminuta. Y la perspectiva lo único que muestra son recovecos, dobleces y medianías. 

¿Me ves? ¿De verdad estamos tan lejos...?


* Imagen: http://ibytes.es/images/content/postimages/Vertigo_Tom_Ryaboi.jpg

Madurar es opcional

- Dime por qué no.
- Porque no me apetece.
- Eso no es una razón.
- No hay otra.
- Madura.


La gente entiende que madurar es cargarse de responsabilidades y sacarlas adelante. Si trabajas, estudias, compras el pan antes de llegar a casa, sobrevives a tu relación de pareja, escribes algo interesante de vez en cuando en Twitter y paseas al perro todos los días... ¡enhorabuena, has alcanzado el prototipo de persona madura, responsable e interesante! You win!
Ahora, una cuestión ¿cuánto de ti hay en todo lo que haces? Posiblemente, entre poco y nada. ¡Enhorabuena, de nuevo! Eres un perfecto mediocre.

La vida y sus prisas. La gente y su agobio. El trabajo y sus urgencias. El futuro y sus inseguridades...

Una de las tareas de la vida debería ser fabricar tu propio listado de sinónimos, buscar nuevos significados a las palabras, conformar tu punto de vista, tu propia perspectiva. Y hoy, mi diccionario me dice que madurar sólo es encontrar la ilusión a aquello que tienes que hacer. Si no la encuentras, no lo hagas. Posiblemente, no valga la pena.

No quiero ni sobrevivir, ni ganarme la vida. Sólo quiero elegir ilusionarme.


Madurar no es una necesidad. Madurar es una opción.


La vida se ríe de ti... y lo sabes

A veces la vida se ríe de ti ¿no te has dado cuenta?
Hay días que te sientes como a disgusto, molesta... como cuando se te olvida cortar la etiqueta de esa camiseta que estrenas. Es un no sé qué que te dice que algo no está dónde o cómo debería.

La vida se ríe de todo y de todos. Y ¡joder! lo hace bastante a menudo. Cuando quieres estabilidad, llegan cambios; cuando sueñas con proyectos, vienen monotonías; cuando algo te gusta, se acaba... ¿te suena? Y al igual que con esa etiqueta que se te olvidó cortar, tienes dos opciones: o te rascas (sin que eso evite que te siga molestando) o le pegas un bocado y la arrancas de cuajo.

Esta semana, en una de esas carcajadas que el mundo se pega a mi costa he descubierto algo genial: la vida se ríe de ti sólo para que no la tomes tan en serio.
Ni se acabará el mundo si no terminas la tarea pendiente para hoy, ni la tierra se abrirá si dejas de cumplir tantas expectativas y exigencias. 

Tengo claro que las cartas de hoy no van a definir la partida de mi vida, así que mejor disfrutar y jugar sin ases en la manga.

Quédate. O vete. Da igual... Siempre podrás volver o partir de nuevo.