Madurar es opcional

- Dime por qué no.
- Porque no me apetece.
- Eso no es una razón.
- No hay otra.
- Madura.


La gente entiende que madurar es cargarse de responsabilidades y sacarlas adelante. Si trabajas, estudias, compras el pan antes de llegar a casa, sobrevives a tu relación de pareja, escribes algo interesante de vez en cuando en Twitter y paseas al perro todos los días... ¡enhorabuena, has alcanzado el prototipo de persona madura, responsable e interesante! You win!
Ahora, una cuestión ¿cuánto de ti hay en todo lo que haces? Posiblemente, entre poco y nada. ¡Enhorabuena, de nuevo! Eres un perfecto mediocre.

La vida y sus prisas. La gente y su agobio. El trabajo y sus urgencias. El futuro y sus inseguridades...

Una de las tareas de la vida debería ser fabricar tu propio listado de sinónimos, buscar nuevos significados a las palabras, conformar tu punto de vista, tu propia perspectiva. Y hoy, mi diccionario me dice que madurar sólo es encontrar la ilusión a aquello que tienes que hacer. Si no la encuentras, no lo hagas. Posiblemente, no valga la pena.

No quiero ni sobrevivir, ni ganarme la vida. Sólo quiero elegir ilusionarme.


Madurar no es una necesidad. Madurar es una opción.