Paradoja

"Esa es una paradoja de la cultura occidental: la extrema dificultad para conocer al Otro junto a la extrema creatividad para inventarlo"
Roger Bartra


Paz

Llevar la paz, donde hay guerra.
Llevar aliento, donde hay desesperación.
Llevar cánticos, donde hay ráfagas de silencios sangrantes.
Llevar amor, donde hay corazones desgarrados.
Llevar blanco, donde sólo habita el luto negro.
Llevar sonrisa,
para que se ahoguen las lágrimas de la melancolía.
Llevar lo grandioso, para que se pudra lo mezquino.
Llevar bondad, para que se pegue un tiro la idolatría trastocada.
Ondear, como estandarte, al ser humano. Asesinar al robot, lobo estepario.
Luchar por la paz. Vivir en paz.


María Amparo Lames Abella

Pequeña muerte

      Nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.
     Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace...
Eduardo Galeano




Algún día...

Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda

Ecos que suenan a Gloria

Hay voces que suenan a dulzura, voces que suena a verdad y voces que gritan al cielo. Hay voces que inspiran, voces que mueven y voces que suenan a Vida…

Hay manos que rasgan el presente, manos que viven al compás de la gente y manos que tocan la clave del espíritu.

Hay pies que caminan libres, pies que marcan el ritmo y pies que saltan a tiempo. Pies incansables que se mantienen en equilibrio,  pies que aplastan dificultades y pies sin miedo a cruzar fronteras.

Hay sonrisas de complicidad, sonrisas de paz y sonrisas de gozo. Hay sonrisas que saben a juventud, sonrisas de entrega y sonrisas que no sonríen sino que ríen.

Hay voces, manos, pies y sonrisas que cantan.
Hay voces, manos, pies y sonrisas que gritan.
Hay voces, manos, pies y sonrisas que viven.
Hay voces, manos, pies y sonrisas que sienten.
Hay voces, manos, pies y sonrisas que vibran.
Hay voces, manos, pies y sonrisas que anuncian.



Aún hay ecos... Muchos ecos... 


Identifícame

     "Usted piensa que puede identificar a un hombre por su fecha de nacimiento y su dirección, su altura y el color de los ojos, incluso por sus huellas dactilares. Tal información le ayudará a poner una tarjeta adecuada sobre su cuerpo si usted tuviera que recogerlo acribillado a tiros en alguna parte, pero esto no dice nada acerca del hombre mismo. Los hombres se convierten así en objetos y no en personas. Ahora se justifica usted diciendo que hay guerra; pero la guerra es el estado natural de un mundo en el que los hombres son una serie de cuerpos numerados. La guerra es el estado que ahora alimenta su filosofía de la vida: usted necesita la guerra para creerse las cosas en las que cree. Así también, si yo tiendo a creer las mismas cosas y a estar de acuerdo con las mismas mentiras, soy igualmente parte del complejo de responsabilidades por la guerra. Si de verdad quiere identificarme, no me pregunte dónde vivo, o qué me gusta comer, o cómo me peino; pregúnteme más bien la razón por la cual vivo, en detalle, y pregúnteme qué es lo que pienso que me impide vivir."
Thomas Merton

Más allá

   "Amáis a vuestros hijos con la más honda ternura de que es capaz el humano corazón ¡Sabed amarlos!
Su porvenir os interesa tanto como ningún otro anhelo de vuestra alma ¡Sabed dirigirlos!
Os afanáis sin descanso para proporcionarles comodidades y alegría, pero eso no basta, la educación de su espíritu, no lo dudéis, debe preocuparos tanto como su vestido y su pan.
¿Los queréis felices? No hay felicidad más verdadera que la del bien: hacedlos buenos.
¿Los queréis fuertes? Primero que sean humildes.
¿Los queréis sabios? Primero que sean creyentes.
¿Los queréis ricos? Atesorad virtudes en su pecho.
¿Los queréis poderosos? Hacedlos primero caritativos."
José Gras y Granollers

El libro

     "De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación."
(Borges)


Quietud

     La quietud no es algo que nosotros hagamos. Es ser, ser en el centro de quienes somos realmente; es algo que compartimos con el universo mismo. Este lugar de quietud en el centro es dinámico. «En el punto de quietud del mundo que gira... ahí está el baile». 
T, S. Elliot


Un mar de fueguitos

     Un hombre del pueblo Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
     A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
     El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

     Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos luces iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

     Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
  
Eduardo Galeano

Voluntad

     -Ahora, señor gobernador -respondió el mozo con muy buen donaire-, estemos en razón y vengamos al punto. Presuponga vuesa merced que me manda llevar a la cárcel y que en ella me echan grillos y cadenas, y que me meten en un calabozo, y se le ponen al alcaide graves penas si me deja salir, y que él lo cumple como se le manda; con todo esto, si yo no quiero dormir, y estarme despierto toda la noche, sin pegar pestaña, ¿será vuesa merced bastante con todo su poder para hacerme dormir, si yo no quiero?
-No, por cierto -dijo el secretario-; y el hombre ha salido con su intención.
.

(Miguel de Cervantes Saavedra)



     Hay muchas cosas que el poder puede doblegar, al individuo incluso, pero nunca a la propia voluntad.

     Puede violentarse la actuación, pero no la voluntad.


Cómo le cantaré...

Dicen que mi canto es amargo,
cuentan que no hablo de Ti.
Piensan que mi fe está vacía
y mi vida teñida de gris.
Y yo renuncio a entonar melodías
que no pueda cantar con mi hermano.
Y me niego a inventar esperanzas
que no puedan tocar nuestras manos.



¡Yo quiero cambiar el mundo!

    ¡Yo quiero cambiar el mundo!
       Pero no sé cómo... 
     
     Sé que no me valen los intelectuales de 'copa y sofá' ni los que gritan entre las masas y después se encierran en su habitación para que la rotación del mundo no les pise los pies... Tampoco me valen los pesimistas, los materialistas ni los cobardes. No me gustan los que pronuncian más de una vez al día un 'total para qué', 'qué más da' o 'conmigo no cuentes' ni los que derrochan palabrería detrás de un atril.

      No sé... 
    Sólo sé que quiero cambiar para que mi mundo cambie conmigo... Cabe esperar que esto no será cuestión de cuatro días... Todo debe ir poco a poco. Seguro que el gris tomará un tono azul oscuro y luego, casi sin que me dé cuenta, todo irá tomando un matiz azul cielo... (con el azul cielo de fondo... todo brilla más).

    Todo es cuestión de matices, todo es cuestión de colores... 
     
    Hoy, por lo pronto, empezaré con una sonrisa... ¿te apuntas?


¿Azar?

         El Azar. En cierta ocasión, el marido de la señora Morpurgo me dijo que en la lengua hebraica esa palabra no existe: para indicar algo que se refiere a la casualidad se ven obligados a utilizar la palabra 'azar', que es de origen árabe. Es cómico, ¿no crees? Cómico, pero también tranquilizador: donde hay Dios, no hay sitio para el azar, ni siquiera para el humilde vocablo que lo representa. Todo está ordenado y regulado desde las alturas, cada cosa que te ocurre, te ocurre porque tiene un sentido. He experimentado siempre una gran envidia por quienes abrazan esa visión del mundo sin vacilaciones, por su elección de la levedad. Por lo que a mí respecta, con toda mi buena voluntad, no he logrado hacerla mía más de un par de días seguidos; delante del horror, delante de la injusticia, siempre he retrocedido: en vez de jusrificarlos con gratitud, siempre nació en mi interior un sentimiento muy grande de rebeldía.

Susanna Tamaro


Corazón y razón

     "Tan moderna es la mente, como antiguo el corazón. Se piensa entonces que quien hace caso al corazón se aproxima al mundo animal, a la falta de control, mientras que quien hace caso a la razón se acerca a las reflexiones más elevadas. ¿Y si no fuesen así las cosas, si fuese verdad exactamente lo contrario? ¿Y si ese exceso de razón fuese lo que deja desnutrida a la vida?"
Susanna Tamaro


Ladridos

La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.
Pío Baroja



Imposibles

Lo que hace falta es que haya más gente que se especialice en lo 'imposible'
Theodore Roethke 


Cómplices

        La locura de una complicidad perfecta que te obliga a sonreír cuando nadie mira... Que termina en una carcajada al descubrir que ambos pensáis lo mismo; que ambos... sentís lo mismo. 
        ¿Qué más da que nadie entienda nada? 


Serás amado...

Serás amado el día en que puedas mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afirmar su fuerza. 
C. Pavese

Sentir la quietud...

        Sentir la quietud, no por la tranquilidad que pudieras albergar (si es que, de una u otra forma, la hubiera), sino por el ruido de la gente que pasa mientras tú aún sigues tirada sobre la cama…
        Casi tres horas con el mismo CD de fondo; rodeada de lo de siempre: unos pocos folios, esta vez en blanco; un libro que no dice nada y un post-it mal escrito. 
        Las piernas ya entumecidas no te responden (¿o es que ni siquiera tienes fuerzas para decirles que se pongan en pie?) y la cabeza aún ahogada en el espejismo de una ilusión. 
           Al fin y al cabo sólo era eso…

        Y te encuentras ante la imposibilidad de la nada… sin mejor idea que quedarte ahí durante horas…




Contradicciones

        Un maya antiguo hubiera afirmado rotundamente que lo que vemos depende de lo invisible, y que un estado de perfección es un estado de equilibrada contradicción, de síntesis de lo opuestos, de tensión que acaba por resolverse en una calma expectante, ni neutral ni dormida.




Saltando muros


        En algún momento hay que decidirse. Los muros no mantienen a los demás fuera sino a ti dentro. La vida es un caos; somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos y lo único que sé es que si finalmente te aventuras a cruzar... las vistas al otro lado son fantásticas.
(Anatomía de Grey)

Focalizando

        En cierta ocasión invitaron a Ghandi a una manifestación contra la guerra. Él se negó a ir y dijo: 'organizar una manifestación a favor de la paz e iré encantado'.
  
  
        Solemos focalizar nuestros esfuerzos contra aquello que no queremos, que tememos o nos asusta, mientras que lo correcto sería dirigirnos y poner todas nuestras energías en luchar a favor de lo que verdaderamente deseamos.
    
       Ya lo dijo Dan Brown 'El hombre llega mucho más lejos para evitar lo que teme que para alcanzar lo que desea'.
          

Didáctica de la Alegría

Si están o no habitados Marte, Venus y Júpiter, 
es una duda torpe que no has de mantener. 
Este globo terráqueo (planeta nada ilustre) 
se vanagloria, empero, de muchos habitantes: 
¿por qué no los tendrían, Elbiamor, los demás? 
¿Qué les falta una atmósfera de oxígeno? 
Respirarán fotones o electrones. 
¿Qué no tienen ganados ni trigales? 
Almorzarán sus cobres y amatistas. 
Sus almas racionales bien podrían tener 
un soporte de cuarzo, sin violentar la lógica. 
¿Por qué han de ser iguales a nosotros? 
La posibilidad es infinita, 
y el Divino Alfarero no se repite nunca.

Leopoldo Marechal