El
hombre nace libre, responsable y sin excusas.
(Jean Paul Sartre)
Desde siempre el mal ha tenido un
olor inconfundible. Cada vez que causamos dolor a otra persona deliberadamente,
sabemos lo que estamos haciendo. Sin embargo, los tiempos modernos están
difuminando esta clara distinción que desde siempre ha venido haciendo la
humanidad de lo que es el bien y el mal. Son conceptos ya desgastados… pues el
mundo moderno se ha encargado de hacer de ellos cuestiones baladíes.
Estos términos han sido abolidos por
la idea de que las circunstancias son siempre las responsables de las
decisiones humanas, de las acciones humanas y, sobre todo, del sufrimiento
humano. Ahora la culpa es de la sociedad, de los políticos, de la
globalización… ¿y dónde cabemos cada uno de nosotros en todo esto?
Nos hemos desprendido tanto de
nuestro deber de responsabilidad que hoy en día nos compadecemos a nosotros
mismos diciendo que somos meros productos de nuestras culturas
étnicas o que no somos más que marionetas de nuestros propios subconscientes.
En realidad puede incluso que estas
ideas no estén tan mal… cierto es que vivir así es cuanto menos, cómodo; pues
no tenemos ni siquiera que molestarnos en formarnos una opinión sobre lo que
nos rodean, de eso ya se encargan por nosotros. Sólo hace falta poner la
televisión y dejarse llevar.
Pero como dijo Sartre 'el hombre nace libre, responsable y sin excusas' por lo que no deberíamos refugiarnos cobardemente en este pluralismo acrítico, dejando perder lo que debería ser nuestro
punto central: la aceptación de la
responsabilidad individual y la capacidad de imaginar ‘al otro’ como imperativo
moral.

No hay comentarios:
Publicar un comentario