-Ahora, señor gobernador -respondió el mozo con muy
buen donaire-, estemos en razón y vengamos al punto. Presuponga vuesa merced
que me manda llevar a la cárcel y que en ella me echan grillos y cadenas, y que
me meten en un calabozo, y se le ponen al alcaide graves penas si me deja
salir, y que él lo cumple como se le manda; con todo esto, si yo no quiero
dormir, y estarme despierto toda la noche, sin pegar pestaña, ¿será vuesa
merced bastante con todo su poder para hacerme dormir, si yo no quiero?
-No, por cierto -dijo el secretario-; y el hombre ha
salido con su intención.
.
(Miguel de Cervantes Saavedra)
Hay muchas cosas que el poder puede doblegar, al individuo incluso, pero nunca a la propia voluntad.
Puede violentarse la actuación, pero no la voluntad.
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