Vendo...

Vendo estos ojos incapaces de mirarte a la cara.

Vendo esta boca que no sabe defender tu nombre.

Vendo estos oídos que no han aprendido a escuchar tus palabras.

Vendo esta nariz que no aprecia el olor de tus rosas.

Vendo estas manos que no saben dar lo que reciben.

Vendo estos pies que no dejan huella.

Vendo esta piel que envuelve lo que no hay.

Vendo este corazón alquitranado y esta cabeza aturdida.

Vendo el miedo a verte, la prisa por encontrarte, el cansancio acumulado y las noches en vela.

Vendo mil palabras nunca dichas, las sonrisas prestadas, los sueños rotos y las metas alcanzadas.

Vendo dudas insustanciales, miradas perdidas, destinos de vuelta, tinta seca, tormentas de ideas, versos leídos, canciones gastadas, caminos rectos, rencores oxidados, cajas vacías, máscaras de un día…

Vendo ropa de marca, contagiosos bostezos, típicos tópicos, malos humos, falsos poetas, amenazadores silencios, llagas que escuecen, zapatos de charol, balones perdidos, rutinas manoseadas, heridas infestadas, castillos de naipes, dedos en la yaga...

Vendo lo artificial, las modas, las joyas, las cosas en venta, los tronos, los oros, las listas negras, lo fácil, lo insípido…

Vendo etiquetas, prejuicios, juicios, nostalgias, dramatismos, rotundidades, cobardías, inseguridades, estrés, jerarquías, quejas, conformismos, egoísmos, apariencias, indiferencias, aburrimiento, agresividad, comparaciones, planes, carreras, títulos, negocios, trampas, fatigas, confusiones, traiciones, ingratitud, insolencias, descaros, pasotimo…

Vendo todo esto y muchas otras cosas…

No pierdan la oportunidad, aunque entiendo que no quieran comprarlo, no les culpo, es más, me alegro…

Lo vendo porque yo tampoco lo quiero.

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