¡Yo quiero cambiar el mundo!

    ¡Yo quiero cambiar el mundo!
       Pero no sé cómo... 
     
     Sé que no me valen los intelectuales de 'copa y sofá' ni los que gritan entre las masas y después se encierran en su habitación para que la rotación del mundo no les pise los pies... Tampoco me valen los pesimistas, los materialistas ni los cobardes. No me gustan los que pronuncian más de una vez al día un 'total para qué', 'qué más da' o 'conmigo no cuentes' ni los que derrochan palabrería detrás de un atril.

      No sé... 
    Sólo sé que quiero cambiar para que mi mundo cambie conmigo... Cabe esperar que esto no será cuestión de cuatro días... Todo debe ir poco a poco. Seguro que el gris tomará un tono azul oscuro y luego, casi sin que me dé cuenta, todo irá tomando un matiz azul cielo... (con el azul cielo de fondo... todo brilla más).

    Todo es cuestión de matices, todo es cuestión de colores... 
     
    Hoy, por lo pronto, empezaré con una sonrisa... ¿te apuntas?


2 comentarios:

  1. hay que sonreír, siempre. Por tanto, cualquier momento es bueno para apuntarse a sonreír

    ResponderEliminar
  2. Pues ya somos dos, al menos.
    Gracias Alfonso.

    ResponderEliminar