Rebeldía

"Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica"
Salvador Allende
La rebeldía es uno de los mejores síntomas de la juventud. Sí, sin ninguna duda y a pesar de que en un principio la respuesta sea decir "no" a todo. A veces incluso indiscriminadamente, da igual, la cuestión es negarse ante todo aquello que nos viene. Pero superada esa fase inicial adolescente (que puede ser algo irritable) esto llega a traducirse en un inconformismo admirable tras el que se vislumbra una impetuosa fuerza. Son tiempos en los que se suele apostar a una sola carta aun a riesgo de perderlo todo en el intento, con las miras puestas en la lucha contra la mediocridad.
Siempre he preferido la rebeldía al conformismo, a ese conformismo burgués que desprende un olor inconfundible a indiferencia, a resignación, a estoicismo... en definitiva, a no querer mojarse con tal de no ensuciarse las ropas.
Es genial eso de querer cambiar el mundo y tener esperanzas de ello. Es digno de halago. Pero hay que partir de un punto: debemos ser verdaderamente conscientes de contra qué nos rebelamos. Que ésto no se convierta en una arbitraria negativa.
Contra el mal, contra la injusticia, contra la tiranía, contra la hipocresía... contestará la gran mayoría.
Bien. Perfecto. Pero empecemos por el mal, la injusticia, la tiranía y la hipocresía que haya dentro de uno mismo. Como dice mi padre "la justicia debe empezar por casa" y la historia está llena de rebeldes y luchadores que cuando llegaron al poder se volvieron burgueses.
Sólo después de luchar contra nosotros mismos estaremos en condiciones de luchar contra lo que nos rodea.

4 comentarios:

  1. Casualmente y no sé cómo, he llegado hasta aquí y me he encontrado con esto... con este blog y esta entrada. ¡Simplemente genial, Gemma, me ha encantado!
    Un besazo.

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  2. Gracias Flor.
    Ya ves en lo que gasto (o malgasto, según cómo se mire) el tiempo. Me alegra enormemente saber que te gusta.
    ¡Un abrazo y cuídate!

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  3. Hola Gemma, ya sabes que el tiempo ni se gasta, ni se malgasta, simplemente porque no los tienes en posesión. El tiempo se emplea en lo que cada uno de nosotros queremos. Por cierto, me gusta la conclusión la mayor rebeldía es la interior. Salu2.

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  4. Gran verdad, Luis. A menudo jugamos a creer que somos dueños de cosas que no nos pertenecen.
    Un abrazo.

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