Remordimiento crónico

"El remordimiento crónico, y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas.

Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse."

Aldous Huxley

Así abre Aldous Huxley el prólogo de su libro Un mundo feliz (1946) y no le falta razón.

Son muchas las ocasiones en las que nos “mortificamos” por nuestros propios errores aún a sabiendas de que el resto del mundo ya nos ha perdonado.

A veces, somos muchos más duros con nosotros mismos que lo que realmente lo son los demás.

Todos erramos, caemos, fallamos… pero eso no puede implicar un estancamiento en nuestro caminar, sino todo lo contrario, debemos tomarlo como un impulso para continuar adelante con la sabia experiencia a nuestras espaldas de las dificultades que podemos encontrar.

La reflexión sobre la propia experiencia es buena, yo diría incluso que necesaria, pero no puede pasar de ahí. Vive, reflexiona, aprende y avanza. Sin más.

Recuerda, la restauración comienza por perdonarse a uno mismo.

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